sábado, 4 de septiembre de 2021

La bulimia

 LA BULIMIA

¿Qué es la bulimia? La bulimia es un trastorno mental que se caracteriza por episodios de voracidad o, lo que es lo mismo, comer grandes cantidades de comida en un corto espacio de tiempo ("atracones"), a los que se siguen casi siempre conductas tendentes a evitar el aumento de peso, tales como:

 • Ayuno.

 • Ejercicio físico excesivo.

 • Utilización de medicamentos laxantes o diuréticos.

 • Vómitos provocados. La persona que padece bulimia tiene un intenso temor a engordar, junto a una falta de control sobre su alimentación y sentimientos de culpabilidad y autodesprecio.

¿Quiénes la padecen? Al igual que la anorexia nerviosa, es más frecuente en la mujer que en el varón, en una proporción de 10 a 1, presentándose alrededor de los 20 años y muy especialmente tras haber padecido una anorexia nerviosa o haber hecho regímenes de adelgazamiento. 

¿Qué tipo de enfermedad es? La bulimia no es una manía ni un mal comportamiento: es una enfermedad psiquiátrica. Su descripción se recoge en la Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud, como "Trastornos de la Conducta Alimentaria" (tomo "Trastornos Mentales y del Comportamiento"), y en la Clasificación de los Trastornos Mentales de la Asociación Psiquiátrica de los Estados Unidos. 

¿Cuáles son sus causas? En la mayoría de los casos, la bulimia comienza:

 1. Tras haber realizado dietas de adelgazamiento excesivas o sin control médico.

 2. En el curso de una anorexia nerviosa; es sabido que un 50% aproximadamente de los casos de anorexia evolucionan hacia el padecimiento de una bulimia. En ambos casos, la excesiva restricción alimenticia conduce al deseo imperioso y patológico de ingerir grandes cantidades de comida.

Frecuentemente, existe el antecedente de obesidad y hábito de comer en exceso, y padecimiento de trastornos de personalidad, de ansiedad, conductas impulsivas / compulsivas o depresiones.   

¿Es muy frecuente la enfermedad? La bulimia es más frecuente que la anorexia nerviosa. Los estudios sobre su frecuencia en la población juvenil femenina varían, indicando que entre 3 y 10 chicas de cada 100 la padecen (un 3-10%).

 ¿Cuáles son las primeras manifestaciones observables?

 En una persona bulímica, pueden observarse varios de los siguientes síntomas (o todos):

 • Alteraciones del comportamiento:

o Suele darse en jóvenes de alrededor de 20 años, con frecuencia tras haber padecido una anorexia nerviosa, aunque no necesariamente.

 o En ocasiones han sido anteriormente algo obesas o han hecho regímenes de adelgazamiento.

 o La enfermedad suele pasar desapercibida durante mucho tiempo, ya que la persona enferma trata de ocultarla por todos los medios a su alcance. 

o La persona enferma toma considerables cantidades de comida, especialmente dulces, rápidamente o en forma de "atracón", generalmente a escondidas o cuando está a solas, por la noche.

 o La comida se toma de la propia casa o se compra, pudiendo llegar a gastar en ella considerables cantidades de dinero.

 o Tras los episodios de voracidad suele vomitar a escondidas o ayunar durante uno o dos días, o hacer excesivo ejercicio físico, o tomar laxantes o diuréticos para evitar el aumento de peso.

• Signos y síntomas físicos y psíquicos: 

o Sensación de debilidad.

 o Mareos (por hipotensión arterial).

 o Dolor de cabeza. 

o Hinchazón de la cara (por aumento de tamaño de las glándulas salivales y parótidas). 

o Erosión del esmalte dental (por los vómitos).

 o Caída del cabello. 

 o Irregularidades menstruales.

 o Frecuentemente padecen depresiones (50% de los casos), conductas compulsivas, trastornos de ansiedad, baja autoestima y otras alteraciones síquicas.

¿Qué consecuencias puede tener una bulimia? La bulimia es una enfermedad grave que puede producir serias complicaciones médicas:

 • Alteraciones digestivas: colon irritable, megacolon, reflujo gastrointestinal, hernia hiatal, perforación esofágica, dilatación y rotura gástrica, pancreatitis. 

• Alteraciones metabólicas: descenso de glucosa, cloro, calcio y potasio en sangre. Deshidratación. 

• Alteraciones cardíacas: prolapso de la válvula mitral y arritmia, con riesgo de muerte.

 • Otras alteraciones genitales, óseas y renales. La mortalidad es superior a la de la anorexia, falleciendo por complicaciones médicas derivadas de los "atracones", vómitos y uso de laxantes, o por suicidio.

 ¿Qué hacer ante un caso de bulimia? Cuando se sospeche o sepa que una persona tiene bulimia, debe hacer que consulte lo antes posible con su médico de cabecera para que éste le remita a un médico psiquiatra experto o especializado en esta enfermedad. O acudir directamente a un psiquiatra de estas características.

 ¿En qué consiste el tratamiento? El médico psiquiatra hará un diagnóstico del estado físico y mental de la persona enferma, y según el resultado aconsejará un tratamiento ambulatorio o su ingreso en un hospital o clínica. El tratamiento consiste en interrumpir el vómito, corregir las anomalías metabólicas y normalizar la alimentación, junto con un tratamiento psiquiátrico y psicoterapéutico. En los últimos años, se ha demostrado experimentalmente que determinados fármacos antidepresivos son muy eficaces en el tratamiento de la bulimia. La familia y personas íntimas de la enferma también deben recibir orientación y ayuda.

 ¿Cuál es el pronóstico? Es variable según diversas estadísticas: en la mayoría de ellas se indica que en torno al 40%-50% de los casos alcanzan la curación. Frecuentemente, el curso de la enfermedad es crónico e intermitente a lo largo de varios años, especialmente si la bulimia se asocia a otros trastornos psiquiátricos. 

FUENTE:

https://www.blancadecastilla.es/edfisica/_ARTICULOS/bulimia.pdf

Imagen Corporal y Trastornos de la Conducta Alimentaria

 Imagen Corporal y Trastornos de la Conducta Alimentaria

RESUMEN 

Objetivo Evaluar la asociación de la edad y el peso corporal con la interiorización del ideal de delgadez, la insatisfacción corporal y los síntomas de trastorno de la conducta alimentaria entre mujeres adolescentes, jóvenes y adultas. 

Material y Métodos Participaron 145 mujeres de entre 12 y 46 años, quienes contestaron cuatro instrumentos de auto reporte para evaluar: síntomas de anorexia nerviosa, síntomas de bulimia nerviosa, interiorización del ideal corporal de delgadez e insatisfacción corporal; además fue registrado su peso y estatura para calcular el índice de masa corporal. Para analizar los datos, se utilizó estadística descriptiva e inferencial, específicamente correlación de Spearman y prueba de Kruskal-Wallis. 

Resultados Una mayor edad se asoció con incremento en la interiorización de ideal de delgadez y en la insatisfacción corporal, pero no así en cuanto a los síntomas de trastorno de la conducta alimentaria, los cuales no mostraron correlación con la edad. La comparación entre los grupos no sólo confirmó que las mujeres adultas reportaron mayor insatisfacción e interiorización, sino que sus actitudes y conductas alimentarias anómalas fueron prácticamente equiparables a las presentes en las adolescentes. 

Conclusiones Los resultados de este estudio sustentan la necesidad de profundizar en el conocimiento de las actitudes y conductas alimentarias anómalas en las mujeres adultas, debido a que es en esta etapa de la vida cuando la recurrencia en la realización de métodos extremos para el control del peso corporal, puede significar un mayor riesgo sobre el estado de salud. 

Palabras Clave: Imagen corporal, trastornos de la conducta alimentaria, factores culturales, salud mental, peso corporal, mediana edad (fuente: DeCS, BIREME).



Los datos epidemiológicos sobre Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), específicamente Anorexia Nerviosa (AN) o Bulimia Nerviosa (BN), fundamentan una mayor vulnerabilidad de las mujeres jóvenes a padecerlos, particularmente en la adolescencia o la adultez temprana (1,2), etapas en las que la mayoría de la investigación sobre imagen corporal y TCA se ha enfocado. No obstante, la presencia de insatisfacción corporal o de Conductas Alimentarias Anómalas (CAA) es común entre la adultez media, por ejemplo, se estima que entre 50 y 70 % de las mujeres mayores de 30 años expresan inconformidad con su peso corporal y del 30 al 45 % han realizado dieta restrictiva en los últimos cinco años (3,4). En México, un estudio realizado con mujeres de 25 a 45 años de edad (5), encontró que 79 % reportó insatisfacción, de las cuales 70 % quería adelgazar, pese a casi la mitad eran normo peso, mientras que 43 % de las satisfechas tenían bajo peso; entre las CAA, destacaron las compensatorias (17 %), el atracón o episodios de sobrealimentación (12 %) y la dieta (6 %). Un segundo estudio, realizado con mujeres de entre 34 y 46 años de edad, señala que la interiorización del ideal de delgadez y la insatisfacción se asociaron con más motivación para adelgazar, atracón y sentimientos negativos posteriores, pero sólo estos últimos correlacionaron con un mayor peso corporal (6).

En general, los estudios fundamentan que la insatisfacción corporal o las CAA no desaparecen en la adultez (7), pero el efecto de la edad aún es poco claro. Hay autores que no han encontrado asociación significativa entre edad e insatisfacción, concluyendo que ésta permanece relativamente estable a lo largo de la vida (8,9);sin embargo, otros han encontrado una correlación positiva (10,11) y, otros más, negativa (12). En cuanto a las CAA, la situación no es distinta, por un lado, se ha visto que tienden a disminuir con la edad (8) y, por otro, se reportan mayores tasas de realización de dieta en adultas (3,10); en tanto que Keel identificó disminución en el consumo de pastillas para adelgazar y laxantes, pero no en vómito autoinducido (12).

No obstante, pocos estudios han comparado entre diferentes grupos de edad, considerando participantes mayores de 30 años. Tiggemann evaluó a mujeres de entre 18 y 59 años (9), y pese a que las de mayor edad (40-49 y 50-59 años) mostraron menor preocupación por el peso, ésta sólo se asoció con baja autoestima en las de 30 a 49 años. Posteriormente, esta autora amplió el análisis hacia mujeres de mayor edad, observando que la insatisfacción corporal y la motivación para adelgazar permanecieron estables a lo largo de los grupos, pero no las CAA, las que destacaron en las participantes de menor edad (20-39 años), con disminución sustancial sólo a partir de los 60 años (8). Johnson constató lo anterior al comparar entre tres grupos de edad: 18-34, 35-64 y más de 65 años (13), encontrando más CAA en el grupo de menor edad (19,2 %, 8,2 % y 11,5 %, respectivamente). Asimismo, otro estudio realizado con dos grupos más compactos: 18-22 y 32-35 años, halló mayor insatisfacción, motivación para adelgazar y síntomas bulímicos en las mujeres de menor edad (14). En Latinoamérica, sólo se ubica un estudio previo, mismo que comparó a mujeres de 40-49 y de 50-59 años, siendo el primer grupo el que presentó mayor insatisfacción (15). De igual forma, en México únicamente se ubica como antecedente un trabajo que evaluó la imagen corporal de dos grupos de mujeres: 19-40 y 41-69 años de edad (16) y en ambos el peso fue la principal causa de disgusto (40 % vs. 36 %, respectivamente), pero el grupo de mayor edad manifestó más rechazo hacia el propio cuerpo (10 % y 18 %, respectivamente). Como puede notarse, existen investigaciones que han examinado ya no sólo muestras de adolescentes y adultas jóvenes, sin embargo, los estudios comparativos han tendido a excluir a las adolescentes. Por tanto, el objetivo del presente estudio fue evaluar la asociación de la edad y el peso corporal con la interiorización del ideal de delgadez, la insatisfacción corporal y los síntomas de trastorno de la conducta alimentaria entre mujeres adolescentes, jóvenes y adultas.

FUENTE:

https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=42217814008


Bulimia nerviosa y factores de riesgo asociados en adolescentes escolarizados de 14 a 18 años en Barranquilla (Colombia)

Bulimia nerviosa y factores de riesgo asociados en adolescentes escolarizados de 14 a 18 años en Barranquilla (Colombia)
Resumen 
Objetivo: establecer la prevalencia de riesgo de bulimia y de factores de riesgo asociados en adolescentes escolarizados de 14 a 18 años de Barranquilla.
 Materiales y métodos: Estudio transversal partir de una muestra representativa de escolares de cuatro establecimientos educativos de Barranquilla. Participaron 149 sujetos de 14 a 18 años. Se aplicó instrumento para determinar imagen corporal y bulimia (Body Shape Questionarie), el Bulimia Test of Edinburgh, Test de Rosemberg y DASS21, se estimó IMC y se empleó un cuestionario para determinantes personales. 
Resultados: La prevalencia de riesgo de bulimia fue del 44,3 %. El perfil identifica preferencialmente a 51,3 % mujeres, una de cada cuatro con sobrepeso, y de ellos, el 53 % tenía 16 años o más. Las características relevantes: 18,2 % consumía diuréticos y laxantes para bajar de peso; el 40,9 % tenía problemas económicos; el 56 % manifestó ansiedad; el 53 % depresión y el 53 % insatisfacción con su imagen corporal. Se observó tendencia a la asociación con: sobrepeso, saltar comidas con frecuencia, consumir tres comidas y picar, consumir tres comidas, emplear diuréticos o laxantes para bajar de peso, ansiedad, depresión, estrés e insatisfacción corporal; se obtuvieron razones de disparidad significantes y probabilidad del chi-cuadrado menor de 0.05. 
Conclusión: El riesgo de bulimia se presentó preferencialmente en el grupo de ≥ 16 años, en mujeres y en el estrato medio. Se aprecia una asociación estadística con sobrepeso saltar comidas con frecuencia, consumir tres comidas y picar, consumir tres comidas, emplear diuréticos o laxantes para bajar de peso, ansiedad, depresión, estrés e insatisfacción corporal. 
Palabras clave: bulimia, prevalencia, factores de riesgo, depresión, ansiedad, adolescencia.

Introducción
Los trastornos del comportamiento alimentario (TCA), definidos como una mala regulación del comportamiento alimentario, caracterizada por trastornos cognitivos y alteraciones conductuales asociados a la alimentación, al peso y a la figura corporal, se manifiestan clínicamente asociados a una psicopatología abundante y variada. Entre estos trastornos se encuentran la anorexia, la bulimia y los trastornos no especificados (1). Este tipo de evento afecta primordialmente a la población adolescente, dado que es más vulnerable, por los cambios biológicos, emocionales y psicológicos que enfrenta; en los adolescentes, la seguridad y la autoestima pueden afectarse, ya que están en proceso de construcción de su identidad, pueden padecer estados de ánimo disfóricos y no poseen aún criterios y valores propios que les permitan escapar a la presión de lo que se puede denominar la “cultura de la delgadez” (2). Entre los trastornos alimentarios, la bulimia nerviosa (BN) es el que en los últimos años se ha incrementado con mayor rapidez. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la bulimia es considerada una enfermedad epidémica; caracterizada por los atracones, conducta consistente en comer vorazmente grandes cantidades de alimentos en un breve período, generalmente a escondidas, seguida de un intenso sentimiento de culpabilidad y autodesprecio hacia sí mismo, lo cual conlleva con frecuencia a que la persona que la padece desarrolle conductas purgativas (consumo de laxantes, de diuréticos, inducción del vómito) o conductas compensatorias, como saltarse las comidas, hacer más ejercicio, entre otras. Se categoriza de acuerdo con los criterios del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM IV) y la clasificación internacional de enfermedades (CIE-10), pudiendo ser de tipo purgativo o no purgativo (3-5).
Los TCA representan la tercera causa más común de enfermedad crónica después del asma y la obesidad en adolescentes femeninas (6). La estimación de la incidencia y la prevalencia de los trastornos alimentarios varían dependiendo de las características de la muestra analizada y de los métodos de evaluación del trastorno (7). En los países desarrollados la prevalencia de los TCA es variable y depende de la población evaluada; en términos generales, se estima que la prevalencia de los TCA oscila entre 0,8 a 14 %; para la bulimia nerviosa (BN) la prevalencia oscila entre 1,2 a 4,2 % (8). La Organización Mundial de la Salud ha informado que en los últimos 50 años se ha producido un incremento en el número de casos de bulimia en adolescentes y en población joven, con cifras que oscilan entre 0,9 a 4,1 %. La relación mujer/varón es de %/1(9). Estudios efectuados en diferentes contextos muestran la magnitud de la BN de la siguiente manera: el Departamento de Neurología y Psiquiatría de la Universidad de Padua (Italia) indicó en un estudio realizado en adolescentes femeninas de 12 a 25 años que la prevalencia fue del 4,6 % (10). La Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica realizada en México en 2003 informó una prevalencia de 1.8 % en mujeres de 18 a 29 años de edad (11). Un estudio escandinavo de 2004 en adolescentes estableció una prevalencia del 1.2 % en las mujeres y del 0.4 % en los hombres (7). En 2006, un estudio sobre TCA en adolescentes de 14 a 16 años en Osona (España) estableció, según el Eatting Test (EAT), que el 9.2 % de la población estudiada tenía un TCA; entre los identificados por el tamizaje y aceptaron realizarse el diagnóstico se encontró una prevalencia de 0.26 % (12). En Argentina (2008), un estudio sobre TCA en pacientes con vómitos autoinducidos estableció que el 47 % de las adolescentes presentaba sintomatología compatible con los criterios del DSM IV para bulimia purgativa (13).
Respecto a los datos del comportamiento de la bulimia nerviosa (BN) en Colombia, un estudio realizado por la Universidad Nacional (2008) en estudiantes de bachillerato de Bogotá y Sogamoso obtuvo una prevalencia de 3.25 % (14). Un estudio realizado en 2009 en estudiantes de la Pontificia Universidad Javeriana reportó un riesgo de padecer BN del 27 % (15,16). Otro estudio realizado en Bogotá en 2011 en adolescentes (10-18 años) escolarizados de 10 colegios de bachillerato mostró que el 8,3 % de la población evaluada tuvo riesgo de sufrir un TCA según la escala The Children´S Versión of the Eating Attitudes Test (Cheat) (8). Según el estudio de Osona, el comportamiento de los factores de riesgo para bulimia muestra que las mujeres tenían 13.6 veces más probabilidad de padecer un TCA; la edad estuvo asociada con la presencia de TCA, en particular en las mujeres, siendo la edad de mayor riesgo la de 16 años (19.0 %); esta relación fue significante (chi-cuadrado: 6,8, p=0,03). Para la imagen corporal (IC), el 32,8 %, mostro insatisfacción con su imagen; esta fue mayor en las mujeres, con un 36.3 %; se estableció significancia estadística mediante el Ji-cuadrado para la IC y los TCA para ambos sexos (Ji-cuadrado: 372.98, p<0.001) y para cada uno.
La investigación “Conductas alimentarias de riesgo: prevalencia en mujeres de nivel superior del estado de México” expresa respecto al IMC que el 57% de las participantes con TCA se encontraba en el rango normal, mientras que el 34 % de ellas presentaba sobrepeso y el 4.5 % obesidad (16). Un estudio realizado en Valencia (España) sobre trastornos de la conducta alimentaria y consumo de drogas en población adolescente de 13 a 18 años mostró que los adolescentes con riesgo de desarrollar un TCA presentaron un consumo de alcohol del 82,9 %, de tabaco del 37,1 %, de marihuana o cannabis del 22.9 % y de estimulantes para suprimir el apetito del 8.6 %. Los que consumían estimulantes para disminuir el apetito tenían dos veces más riesgo de padecer un TCA, el cual no es significativo. Para el análisis de efecto no se encontró tendencia a la asociación con ninguna de estas sustancias (17). En Tunja (Colombia) un estudio efectuado en adolescentes escolarizados mostró que la bulimia se presentó en el 13 % de los hombres y en el 10 % de las mujeres; por edad, los más afectados fueron los de 16 a 17 años (16.3 %). Se hallaron cambios en la prácticas alimentarias en el 49.2 % de las bulímicas, y los adolescentes que realizan los mencionados cambios tienen nueve veces más probabilidad de padecer BN; asimismo, la práctica del ayuno fue de 6.5 %, y quienes la efectúan tienen 8 veces más riesgo de ser bulímicas (18). El estudio efectuado en Bogotá y Sogamoso indicó que los escolares con trastornos de comportamiento alimentario tuvieron puntuaciones mayores de ansiedad como rasgo y mayor deseo de bajar de peso; no se presentó en ellos diferencias por estrato socioeconómico (14). En el otro estudio realizado en Bogotá en 2011 la edad media de la población estudiada fue de 13,7 años; el único factor de riesgo que mostró tendencia a la asociación estadísticamente fue el sexo femenino (8). Asimismo, en el efectuado en la Universidad Javeriana, el 66.7 % de la población estudiada era del sexo femenino y la media de edad era de 20.6 años. Respecto a los hábitos alimentarios, el 18.4 % consume las tres comidas tradicionales (desayuno, almuerzo y cena); el 33.5 % las tres comidas tradicionales y entremeses; el 19.9 % se salta frecuentemente las comidas tradicionales sin un orden establecido y el 15.4 % no tiene un patrón ordenado en su alimentación. Se observó el empleo de conductas purgativas en los estudiantes: uso de laxantes en el 16.4 %, diuréticos en el 13 % e inducción de vómito en el 12 %; asimismo, consumo de medicamentos para quitar el apetito durante el último año del 5.1 % (15). 
Este estudio buscó establecer la prevalencia de riesgo de bulimia y de factores de riesgo asociados en adolescentes escolarizados de 14 a 18 años de Barranquilla. Asimismo, establecer el perfil de la población estudiada, la prevalencia y la asociación del riesgo de bulimia nerviosa, según características sociodemográficas, estado nutricional según IMC, hábito de consumo de comidas, de sustancias tóxicas y de actividad física, situaciones familiares desencadenantes de bulimia y características emocionales. La bulimia nerviosa es un problema biopsicosocial que debe ser abordado de manera integral y oportuna, realizando el diagnóstico y tratamiento precoz, ya que estos se constituyen en la base de un mejor pronóstico de la patología. El manejo de este evento requiere de un compromiso directo de los profesionales de la salud: médicos de familia, pediatras, psiquiatras, nutricionistas dietistas y personal de enfermería, es decir, un equipo interdisciplinario y, por tanto, del desarrollo de acciones de promoción de un estilo de vida saludable y de diagnóstico precoz y limitación del daño a nivel de los programas de atención primaria en salud.
Fuente. 
https://www.redalyc.org/pdf/817/81739659005.pdf




La bulimia

  LA BULIMIA ¿Qué es la bulimia? La bulimia es un trastorno mental que se caracteriza por episodios de voracidad o, lo que es lo mismo, com...